Resumo:
Los colorantes industriales son obtenidos a nivel mundial por síntesis orgánica, presentando apreciables ventajas como bajo costo, buen desempeño y alta disponibilidad. Sin embargo, derivan de la industria química, exhibiendo altos índices de toxicidad, consumos de agua y baja biodegradabilidad. Frente a este escenario el presente trabajo aborda la problemática al proponer un modelo de producción de pigmentos alternativo, que se presente como una solución sostenible mediante el uso eficiente de recursos naturales a través de un sistema de obtención utilizando desechos frutihortícolas. La principal motivación es generar una herramienta de articulación entre el sector textil y la agricultura
social, cerrando el modelo de economía social al montar unidades productivas dentro de los emprendimientos frutihortícolas. Para ello, se propone coordinar la logística y establecer redes de trabajo entre las diferentes unidades productivas, tanto de la agricultura familiar como de las cooperativas textiles que serían los consumidores primarios. Se busca generar un impacto social a nivel local que apunte a satisfacer las necesidades de la comunidad, demostrando beneficios en los eslabones de la cadena productiva, tanto para el ambiente como para los individuos que habitan la región. De este modo el producto no solo minimizará el impacto ambiental, sino que brindará un beneficio social, alcanzando la sostenibilidad. Este estudio se desarrolló en colaboración con el Instituto Superior de Formación Técnica 151, con quién constantemente se compartieron avances y discusiones que permitieron el beneficio recíproco de los proyectos en curso.